Mientras en el Congreso ya se percibe que no será fácil la aprobación de un presupuesto para el año que viene, el Gobierno reasignó -sin control del Poder Legislativo- partidas millonarias entre dependencias oficiales para hacer frente a los aumentos de gastos corrientes, el pago de jubilaciones y pensiones, los déficit de empresas públicas y la crisis energética, entre otros pasivos.
El gran ganador, como casi siempre que Aníbal Fernández firma este tipo de normas, fue el ministro de Planificación, Julio De Vido, el hombre fuerte del Gobierno. Su cartera recibirá 1012 millones de pesos que no estaba presupuestados originalmente. Irán a cubrir la importación de electricidad de Cammessa (900 millones) luego de un invierno duro en materia energética y el déficit de Aerolíneas Argentinas ($ 100.842.786).
Pero además, empresas públicas como Enarsa, encargada de la importación de gas y fuel-oil, recibirán $ 380 millones. Otra que se llevará una importante tajada será Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (450 millones). Ar-Sat será beneficiada con 170 millones, según el anexo de la Decisión Administrativa 658/10 publicada hoy en el Boletín Oficial. En ese documento, también se indica que parte de lo que será gastado por Planificación ($ 240 millones) vendrá de una disminución de pasivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario