La senadora por Santa Fe, Roxana Latorre finalmente reconoció su inclinación hacia el gobierno Kirchnerista y su alejamiento definitivo de los santafesinos que la votaron para ponerle un freno a este gobierno. Lo hizo en estos días al hacer pública sus preferencias electorales “K” para el año que viene.
Pero en realidad, pese a intentar disimularlo, hace ya bastante tiempo que acompaña las iniciativas legislativas del gobierno nacional, sólo basta recordar sus votaciones en el senado, traicionando de este modo sus compromisos de campaña y el mandato de los ciudadanos santafesinos que mayoritariamente eligieron oponerse a la forma y el modo de gestionar el Estado Nacional por parte del matrimonio Kirchner.
En este contexto no debe sorprender que este en contra de dignificar a los jubilados de nuestra tierra con un haber que no los deje al borde de la pobreza.
Mucho menos, sorprende sus declaraciones agraviantes hacia el espacio político que se constituye en un claro ejemplo de lo que la sociedad esta esperando: la convergencia de partidos que conformen una opción para la ciudadanía, privilegiando las coincidencias, el dialogo y el trabajo responsable con la ética republicana: como es el caso del Frente Progresista Cívico y Social en esta provincia.
Estos agravios se corresponden con su historia, la del oportunismo. Se puede ser menemista y kirchnerista sin sonrojarse. Todavía esperamos la autocrítica de su participación en el menemismo que desbastó al país.
En este marco, la UCR de Santa Fe considera desafortunadas las expresiones de la senadora, profetizando un futuro que no se condice con la realidad del gobierno Frentista en la provincia; y con la labor parlamentaria del radicalismo en el congreso nacional que interpretó el mensaje de la sociedad y trabaja para ponerle límites republicanos al atropello institucional con el cual este gobierno se identifica, donde Papel Prensa y Fibertel son dos ejemplos más.
En el plano futuro, la UCR es una fuerza política que desde la restauración democrática trabaja por un país más justo, más igualitario en el marco de una fuerte consolidación de las instituciones que posibiliten el desarrollo pleno de sus compatriotas en libertad y democracia.
Los radicales encaramos una profunda renovación a partir de la autocrítica de los procesos vividos y nos sentimos orgullosos hoy de ser una alternativa para el 2011 con candidatos que poseen una trayectoria republicana y ética.
Convocar el pasado de la forma que se lo hace no sólo es una mentira histórica sino lo que busca es la resignación de los ciudadanos ante el presente.
Lejos de los augurios, seguiremos trabajando por el diálogo maduro y constructivo.
Y seguiremos empeñados en sumar nuestra fuerza y energías con todos aquellos que quieren un país distinto.
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